TerenceHill
Moderador
El Mundo, 20 de mayo de2001
Como ha ocurrido con el tabaco, la denominación «light» en los productos alimenticios no siempre es sinónimo de saludable, ni los alimentos enriquecidos son necesarios para mantener una dieta que nos haga sentir mejor.¿Son lo que dice la publicidad o su apellido es un truco comercial para vender más? Estos son algunos ejemplos
Light
La comida light o ligera nada tiene que ver con la enriquecida.
Su principal gancho está en ofrecer un producto con un valor calórico reducido, sin grasas, en comparación con las calorías que aportan los alimentos homólogos convencionales.
El 50,7% de los españoles cree que el término light es un truco para vender más. (Encuesta realizada por la Confederación Española de Consumidores, Amas de casa y Usuarios).
MAYONESA
Aunque la etiquetada como light es menos calórica que la normal, en ningún caso se trata de un producto bajo en calorías, asegura la doctora María del Carmen Vidal, de la Universidad de Barcelona.
Lo mismo puede decirse de salsas y mermeladas.
Cerveza sin alcohol
Tiene calorías.
Posee hidratos de carbono en forma de glucosa, fructosa y maltosa y proporciona entre 40 y 80 kilocalorías por cerveza. Por tanto, también engorda.
Un dato que la gente desconoce: un gramo de alcohol desprende más calorías que un gramo de azúcar.
Además, la cerveza sin tiene un alto contenido en fósforo, sodio y potasio por lo que las personas con diabetes, hipertensión arterial o insuficiencia renal deberán tener precaución con el consumo de este tipo de bebidas, según explica el endocrinólogo Claudio Mariscal en su libro 100 errores de la nutrición.
Tanto el agua tónica como el Bitter tienen las mismas calorías que otros refrescos, debido a los hidratos de carbono que contienen.
QUESO TIPO BURGOS
Se vende con el marchamo de light pero, en realidad, posee entre un 15 y un 20% de grasa, porcentajes muy similares a los de los quesos de untar o de lonchas.
Conviene, pues, controlar la cantidad que se ingiere, sobre todo las personas con problemas de colesterol o de exceso de peso.
GALLETAS INTEGRALES
La diferencia con las normales está en el tipo de harina: con más fibra las integrales.
Sin embargo, el componente graso suele ser el mismo en ambos productos: manteca, sebo o mantequilla y aceites de coco y palma. Entre 400 y 450 kilocalorías por 100 gramos.
Algunas marcas utilizan fructosa que contiene la misma cantidad de calorías que el azúcar.
En palabras del doctor Mariscal, «no es más que una estrategia publicitaria para atraer a las personas preocupadas por la salud».
Enriquecidos
Son alimentos que contienen un componente nutritivo añadido, como vitaminas, minerales, aminoácidos, etcétera.
Existe, por otra parte, un grupo de productos, llamados alimentos funcionales, a los que se les ha incorporado un compuesto (por ejemplo, bífidus o antioxidantes), cuyos efectos van más allá de lo estrictamente nutricional. El 45,5% de los españoles confía en estos productos, aunque cree que la publicidad exagera sus cualidades.
YOGUR
Muchos se enriquecen con bacterias (bífidus), fibras, vitaminas, etcétera.
Sin embargo, por más nutrientes que se le añadan, ninguno es un alimento completo por sí mismo.
Tampoco el yogur contribuye a vivir más años, como rezan los anuncios.
Es beneficioso para la flora intestinal, pero su asociación con la longevidad es más fruto de la mercadotecnia que de una realidad científica.
JAMON DE YORK
Es el último producto de origen animal enriquecido con fibra.
Nunca estos alimentos han llevado nutrientes vegetales en su composición.
La mezcla, según los expertos en nutrición, responde a los dictados comerciales del consumo light, que asocia las prácticas dietéticas sanas con la ingesta de vegetales. Se trata, por tanto, de un simple truco para vender más.
LECHE
Al estar enriquecida con vitaminas, calcio, minerales y, últimamente, con jalea real, el consumidor puede llegar a pensar que si la toma está bien alimentado. Es otro de los errores que se suelen cometer.
Las vitaminas, por ejemplo, no ayudan, como piensan los de chicos en edad escolar, a mejorar la memoria y mucho menos el aprendizaje.
Por otra parte, a pesar de que los alimentos enriquecidos no son perjudiciales, tampoco son necesarios, según los especialistas consultados.
Éstos, por el contrario, recomiendan ingerir una dieta rica en legumbres y frutas.
Como ha ocurrido con el tabaco, la denominación «light» en los productos alimenticios no siempre es sinónimo de saludable, ni los alimentos enriquecidos son necesarios para mantener una dieta que nos haga sentir mejor.¿Son lo que dice la publicidad o su apellido es un truco comercial para vender más? Estos son algunos ejemplos
Light
La comida light o ligera nada tiene que ver con la enriquecida.
Su principal gancho está en ofrecer un producto con un valor calórico reducido, sin grasas, en comparación con las calorías que aportan los alimentos homólogos convencionales.
El 50,7% de los españoles cree que el término light es un truco para vender más. (Encuesta realizada por la Confederación Española de Consumidores, Amas de casa y Usuarios).
MAYONESA
Aunque la etiquetada como light es menos calórica que la normal, en ningún caso se trata de un producto bajo en calorías, asegura la doctora María del Carmen Vidal, de la Universidad de Barcelona.
Lo mismo puede decirse de salsas y mermeladas.
Cerveza sin alcohol
Tiene calorías.
Posee hidratos de carbono en forma de glucosa, fructosa y maltosa y proporciona entre 40 y 80 kilocalorías por cerveza. Por tanto, también engorda.
Un dato que la gente desconoce: un gramo de alcohol desprende más calorías que un gramo de azúcar.
Además, la cerveza sin tiene un alto contenido en fósforo, sodio y potasio por lo que las personas con diabetes, hipertensión arterial o insuficiencia renal deberán tener precaución con el consumo de este tipo de bebidas, según explica el endocrinólogo Claudio Mariscal en su libro 100 errores de la nutrición.
Tanto el agua tónica como el Bitter tienen las mismas calorías que otros refrescos, debido a los hidratos de carbono que contienen.
QUESO TIPO BURGOS
Se vende con el marchamo de light pero, en realidad, posee entre un 15 y un 20% de grasa, porcentajes muy similares a los de los quesos de untar o de lonchas.
Conviene, pues, controlar la cantidad que se ingiere, sobre todo las personas con problemas de colesterol o de exceso de peso.
GALLETAS INTEGRALES
La diferencia con las normales está en el tipo de harina: con más fibra las integrales.
Sin embargo, el componente graso suele ser el mismo en ambos productos: manteca, sebo o mantequilla y aceites de coco y palma. Entre 400 y 450 kilocalorías por 100 gramos.
Algunas marcas utilizan fructosa que contiene la misma cantidad de calorías que el azúcar.
En palabras del doctor Mariscal, «no es más que una estrategia publicitaria para atraer a las personas preocupadas por la salud».
Enriquecidos
Son alimentos que contienen un componente nutritivo añadido, como vitaminas, minerales, aminoácidos, etcétera.
Existe, por otra parte, un grupo de productos, llamados alimentos funcionales, a los que se les ha incorporado un compuesto (por ejemplo, bífidus o antioxidantes), cuyos efectos van más allá de lo estrictamente nutricional. El 45,5% de los españoles confía en estos productos, aunque cree que la publicidad exagera sus cualidades.
YOGUR
Muchos se enriquecen con bacterias (bífidus), fibras, vitaminas, etcétera.
Sin embargo, por más nutrientes que se le añadan, ninguno es un alimento completo por sí mismo.
Tampoco el yogur contribuye a vivir más años, como rezan los anuncios.
Es beneficioso para la flora intestinal, pero su asociación con la longevidad es más fruto de la mercadotecnia que de una realidad científica.
JAMON DE YORK
Es el último producto de origen animal enriquecido con fibra.
Nunca estos alimentos han llevado nutrientes vegetales en su composición.
La mezcla, según los expertos en nutrición, responde a los dictados comerciales del consumo light, que asocia las prácticas dietéticas sanas con la ingesta de vegetales. Se trata, por tanto, de un simple truco para vender más.
LECHE
Al estar enriquecida con vitaminas, calcio, minerales y, últimamente, con jalea real, el consumidor puede llegar a pensar que si la toma está bien alimentado. Es otro de los errores que se suelen cometer.
Las vitaminas, por ejemplo, no ayudan, como piensan los de chicos en edad escolar, a mejorar la memoria y mucho menos el aprendizaje.
Por otra parte, a pesar de que los alimentos enriquecidos no son perjudiciales, tampoco son necesarios, según los especialistas consultados.
Éstos, por el contrario, recomiendan ingerir una dieta rica en legumbres y frutas.