La coenzima Q10.

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La coenzima Q10 o ubiquinona es una sustancia liposoluble que juega un papel vital en la producción de energía a nivel celular. Otro nombre que puede recibir la coenzima Q10 es ubidecarenona y su nomenclatura química es 2,3-dimethoxy-5-methyl-6-decaprenyl-1,4-benzoquinona.

Químicamente pertenece a la familia de las ubiquionas. Esta familia está formada por un grupo funcional (1,4 benzoquinona) unido a una cadena lateral formada por unidades de isopreno. El número de unidades de isopreno de la cadena lateral dará el nombre a los distintos compuestos, es decir la cadena lateral de la coenzima Q10 está formada por 10 unidades de isopreno.

La coenzima Q10 puede presentarse en diferentes estados de oxidación y puede pasar de una forma a otra en función de las necesidades corporales:

Forma completamente reducida: ubiquinol (CoQ10 H2)
Forma semiquinona intermedia: CoQ10 H
Forma completamente oxidada: ubiquinona ( CoQ10)

La coenzima Q10 puede ser sintetizada en la mayoría de los tejidos humanos y se encuentra en cantidades importantes en el interior de las mitocondrias. Los tejidos con mayor contenido en coenzima Q10 son aquellos metabólicamente más activos como el corazón, los músculos o el sistema inmunológico.
Metabolismo Energético.

La coenzima Q10 actúa como cofactor de distintas enzimas y está implicada en la cadena de transporte de electrones (donando o aceptando electrones). Por lo tanto, la coenzima Q10 presenta un papel importante en la producción de ATP a partir de los alimentos (el ATP es la molécula energética utilizada por las células para realizar los distintos procesos fisiológicos).

El 96% de la producción aeróbica de ATP está relacionada con la coenzima Q10, esto puede dar una idea de la importancia de esta molécula en el metabolismo energético. Órganos como el corazón o los músculos requieren un aporte suficiente de coenzima Q10 para poder producir energía y fuerza de forma correcta.
Capacidad antioxidante.

Junto con la vitamina E, la coenzima Q10 es uno de los antioxidantes de origen lipídico más importantes. La coenzima Q10 en su forma reducida (ubiquinol) se considera un potente antioxidante que contribuye a proteger las membranas celulares frente a los radicales libres. A su vez, el ubiquinol también protege la vitamina E de su oxidación y contribuye a reponer la vitamina E y vitamina C gastadas.

Para poder tener capacidad antioxidante la coenzima Q10 debe ser convertida a su forma reducida (ubiquinol).
Rendimiento deportivo.

La práctica de actividad física incrementa las pérdidas de coenzima Q10 y si estas pérdidas no son compensadas pueden aparecer niveles bajos de coenzima Q10. Por esta razón, las personas entrenadas suelen presentar niveles menores de coenzima Q10 que las personas sedentarias y esto a su vez, podría limitar el rendimiento deportivo.

Hasta la fecha no se han establecido concentraciones recomendadas de coenzima Q10 para la población deportista. Sin embargo, sí se ha establecido una relación directa entre los niveles de coenzima Q10 plasmáticos y el rendimiento deportivo, observándose que a mayor nivel de coenzima Q10, mayor rendimiento deportivo.

A estas pérdidas hay que sumar un incremento en las necesidades de sintetizar coenzima Q10 como consecuencia del aumento del número de mitocondrias en el músculo, por lo que las personas deportistas tienen además, necesidades incrementadas de los nutrientes necesarios para la biosíntesis de la coenzima Q10.

El alto contenido en mitocondrias de las fibras tipo I (fibras de metabolismo aeróbico) hace que el contenido de coenzima Q10 sea mayor en los músculos con mayor proporción de estas fibras, así como en deportistas de deportes de resistencia.

Otras funciones de la enzima Q10 tienen relación con la señal celular y la expresión génica.
Deficiencias de coenzima Q10.

La coenzima Q10 no se considera una vitamina ya que el cuerpo es capaz de sintetizarla. No obstante, una parte de esta coenzima es degradada y debe ser compensada por la ingesta dietética. La ingesta de coenzima Q10 habitual es de 5-10 mg y puede encontrase principalmente en las carnes, pavo y pescado.

En ocasiones la capacidad de síntesis de coenzima Q10 se ve disminuida o los requerimientos se ven incrementados, pudiendo llegar a considerarse esencial en algunas situaciones.

La carencia de coenzima Q10 puede ser de origen genético, sin embargo, las causas más comunes de déficit de coenzima Q10 son:

Niveles incrementados de coenzima Q10 y alta degradación como consecuencia de la actividad física.

Ingesta baja de coenzima Q10 en la dieta, por ejemplo dietas vegetarianas.
Síntesis reducida como consecuencia de carencias de otros nutrientes (magnesio, selenio, vitamina B6, etc..).
Consumos elevados de vitamina E. (El consumo elevado de vitamina E reduce la captación de la coenzima Q10).
Terapias con estatinas. Las estatinas reducen la biosíntesis de la coenzima Q10.
La edad es una de las causas principales de la reducción de los niveles de coenzima Q10 y se considera que su carencia es en parte responsable de las manifestaciones de la edad.

Asimismo, el tabaquismo reduce los niveles de coenzima Q10 del cuerpo y también se han registrado niveles reducidos de coenzima Q10 en diversas condiciones médicas como enfermedades cardiovasculares, neurológicas, hipertensión, enfermedades de las encías, casos de infertilidad, asma o inmunodeficiencias.

La coenzima Q10 utilizada de forma comercial se obtiene de la síntesis a partir de la coenzima Q9 o a partir de la extracción del producto de fermentación de un tipo de levadura.

A pesar de que ambas formas, oxidada y reducida pueden pasar de una a otra en el cuerpo humano, hay diferentes opiniones sobre cuál es la mejor forma de suplementar la coenzima Q10. Hay distintas opiniones sobre qué forma es mejor suplementar. Por una parte ubiquinol (reducida) parecer ser más biodisponible que su forma oxidada y sería una forma de ahorrar al cuerpo la transformación en la forma antioxidante. No obstante, algunos autores opinan que la forma ubiquinona es más estable, fácil de formular y almacenar.
¿Para qué sirve?

La suplementación con coenzima Q10 es capaz de incrementar la concentración de coenzima Q10 en el plasma, músculos e hígado. Debido a su carácter lipofílico y a su alto peso molecular, la absorción de la coenzima Q10 varía mucho en función de la formulación empleada y el consenso general es que la forma con mejor absorción es la que utiliza una base de aceite.

La suplementación con coenzima Q10 tiene beneficios potenciales sobre la hipertensión arterial, colesterol, prevención del daño oxidativo o la mejora de la función cognitiva. Sin embargo, se considera que por el momento no se han realizado los estudios suficientes en humanos y bajos los criterios adecuados para poder realizar esas afirmaciones de forma general y en personas sin carencias.
Actividad física.

Las concentraciones de coenzima Q10 pueden disminuir como consecuencia del entrenamiento intenso o de entrenamientos prolongados. Sin embargo, durante mucho tiempo los resultados de los estudios de la suplementación con coenzima Q10 realizados en atletas han sido contradictorios y sin resultados concluyentes, por lo que algunos autores proponen que esto puede deberse a que se han utilizado dosis bajas de coenzima Q10.

La cantidad óptima para personas deportistas todavía no se conoce, pero se cree que las personas deportistas podrían necesitar cantidades superiores como consecuencia de tener una actividad metabólica incrementada. Asimismo, los estudios realizados solo han observado mejoras en el rendimiento en los deportistas que alcanzaron un mínimo de 2,5 µg/ml y preferiblemente más de 3.5 µg/ml. Para elevar los niveles de ubiquinol en sangre hasta niveles de 6-8 µg/ml son necesarios 300 mg/día de coenzima Q10, mientras que para elevarlos hasta 8-10 µg/ml son necesarias cantidades de 450-600 mg/día.

Aunque todavía hace falta más investigación para conocer todos los factores que pueden afectar a la suplementación con coenzima Q10, ya se cuenta con estudios que apoyan que la suplementación con coenzima Q10 puede reducir el daño muscular en algunos atletas. Además, la suplementación con coenzima Q10 podría mejorar el consumo máximo de oxígeno al incrementar la concentración de coenzima Q10 en las mitocondrias, así como la suplementación con ubiquinol podría mejorar la capacidad antioxidante de los deportistas.

También se han observado mejoras relacionadas con el metabolismo anaeróbico. Un estudio realizado en atletas olímpicos alemanes obtuvo un incremento del 2.5 % en la potencia máxima. A pesar de que no se conoce exactamente el mecanismo por el cual se produjo la mejora del rendimiento, la hipótesis de los autores es un posible incremento de la producción de ATP y creatina fosfato o que la mayor concentración de coenzima Q10 podría haber contribuido a un mayor aporte de energía por la vía oxidativa con una menor producción de amoniaco.

Los atletas que entrenan de forma intensa deberían controlar sus niveles de coenzima Q10 y se recomienda que la suplementen cuando los niveles sean bajos. Los deportistas de mayor edad, así como los poco entrenados serían los más beneficiados por las mejoras del rendimiento con coenzima Q10. La edad disminuye la concentración de mitocondrias y su contenido en coenzima Q10 mientras que los músculos poco entrenados están menos adaptados al cambio de sustrato energético durante la actividad.

A la suplementación con coenzima Q10 se le han relacionado además otros efectos como el incremento de la utilización de las grasas cuando se realiza un ejercicio de baja intensidad. El estudio realizado en la universidad de Tokio analizó el consumo puntual de coenzima Q10 y en los resultados del estudio se observó que para el mismo grado de esfuerzo, en el grupo suplementado se vio incrementada la oxidación de las grasas.

A pesar de los distintos estudios que se van publicando, por el momento en Europa no es posible hacer asociaciones entre el consumo de coenzima Q10 y la salud, capacidad antioxidante o la mejora del rendimiento.
Antiaging.

Con el paso de los años la capacidad de sintetizar coenzima Q10 se ve reducida. La coenzima Q10 es utilizada para tratar de contrarrestar los efectos de la edad por su capacidad antioxidante y por su papel en el metabolismo celular.
Aplicaciones clínicas.

La coenzima Q10 se ha estudiado en enfermedades cardiovasculares para mejorar la función cardiaca, mejorar la contractilidad y por su capacidad antioxidante para prevenir la oxidación del colesterol LDL.

El tratamiento para reducir los niveles de colesterol plasmáticos con estatinas puede reducir la síntesis de coenzima Q10, generando miopatías y los casos más graves rabdomiolisis. La suplementación con coenzima Q10 eleva los niveles de coenzima Q10 y resulta un buen complemento durante el uso de estatinas.

Otros usos clínicos de la coenzima Q10 son las alteraciones neurológicas como el Parkinson (los pacientes con Parkinson suelen presentar niveles reducidos de coenzima Q10). Aunque los resultados de los estudios son esperanzadores, aún son necesarios más estudios para conocer las dosis óptimas y los posibles beneficios en estas personas. Otros campos de aplicación que se están investigando son la diabetes, desórdenes mitocondriales, migrañas o el asma. Asimismo, también se utiliza como coadyuvante en tratamientos para el cáncer para reducir la toxicidad de los tratamientos de quimioterapia.

Por último, estudios recientes relacionan el consumo de 200 mg de coenzima Q10 con una mejora de la morfología y movilidad del esperma en hombres con alteraciones de la fertilidad, también se han encontrado niveles bajos de coenzima Q10 en personas con fibromialgia que han respondido satisfactoriamente a la suplementación reduciéndose la sensación de fatiga y es utilizada en cremas de uso tópico para el cuidado de la piel.
Dosis

La dosis habitual para la población general es de 60-200 mg/día de coenzima Q10 repartida en distintas tomas a lo largo del día. Sin embargo, para que la suplementación con coenzima Q10 sea efectiva en la mejora del rendimiento es necesario incrementar la concentración plasmática en cantidad suficiente y durante el suficiente periodo de tiempo para que los músculos puedan captarla. Para incrementar la cantidad de coenzima Q10 muscular son necesarias dosis de 200-300 mg al día o incluso dosis superiores durante al menos 4-12 semanas.

Parece que existe una variabilidad importante en la respuesta a la suplementación con coenzima Q10 y que esta puede deberse a los niveles de coenzima Q10 presentes en cada persona, de modo que las personas con niveles bajos de coenzima Q10 responderían mejor a los efectos de la suplementación con coenzima Q10.

La actividad física favorece la captación de la coenzima Q10 desde el plasma hasta los músculos.

Las dosis en las aplicaciones clínicas suelen ser superiores, pero debe ser un especialista quien recomiende la dosis más adecuada en cada caso.
Precauciones

La coenzima Q10 es un nutriente que se considera bastante seguro incluso en dosis elevadas. La seguridad de su consumo en altas dosis y a largo plazo ha sido bien documentada en humanos y se la considera una alternativa saludable a otras ayudas ergogénicas, como por ejemplo la cafeína que no puede ser utilizada por personas sensibles a los estimulantes o con alteraciones cardiacas.

En raras ocasiones se han registrado molestias gastrointestinales como nauseas, anorexia o erupciones en la piel después de la suplementación con coenzima Q10 (menos de un 1%). Cuando se consumen cantidades superiores a 100 mg/día se recomienda dividir la dosis en varias tomas para minimizar los posibles efectos secundarios.

El nivel de seguridad de coenzima Q10 en el que no se han observado riesgos para la salud alcanza los 1200 mg/día, pero se ha utilizado dosis incluso de 3.000 mg/día sin que hayan aparecido efectos secundarios.

En los casos que se sufra alguna enfermedad, debe ser el médico o un profesional quien aconseje si el uso de coenzima Q10 es apropiado y las dosis que se deben administrar.

Teóricamente, la coenzima Q10 puede reducir los niveles de presión arterial, por lo que se recomienda que las personas que toman medicación para la presión arterial utilicen la coenzima Q10 con cautela. Por la misma razón, se recomienda cesar su administración al menos 2 semanas antes de someterse a una cirugía.
 
Un poco de rigor:

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha realizado estudios en los que se asegura que no hay indicios de que la Coenzima Q10 tenga alguna capacidad antioxidante. De hecho, la EFSA afirma que los estudios realizados a animales o in vitro no pueden aplicarse a humanos.
La EFSA, por tanto, pone en jaque los suplementos alimenticios ricos en esta molécula;

https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.2903/j.efsa.2010.1793

El hecho de que esta molécula esté implicada en los principales sistemas de obtención de energía ha hecho que la industria de los suplementos deportivos ampliase su gran oferta, e incautos ignorantes, se fíen de lo que ponen por ahí en cualquier lugar sin un rigor científico real, simplemente por su incapacidad para discriminar información, pero para eso estamos los que hemos estudiado.

Es curioso como los suplementos publiciten en muchas ocasiones que la presencia de Q10 en su formulación puede ayudar a regular la presión arterial. Sin embargo, la EFSA ha advertido que la mayoría de los estudios publicados se han hecho en pacientes hipertensos que ya estaban en tratamiento farmacológico, por lo que no hay evidencias de relación directa entre la suplementación con Q10 y la tensión arterial.

También anuncian la importancia de esta encima para proteger la oxidación del ADN, lípidos o proteínas. Pues bien, la EFSA ha dictaminado no solamente que los métodos y marcadores para evaluar la capacidad antioxidante de los productos enriquecidos en Q10 son erróneos, sino que además los resultados encontrados in vitro o en animales no pueden ser extrapolados a humanos.

Otra grande estafa de los principales efectos que se le han atribuido a los productos fortificados en CoQ10 es la posibilidad de bajar los niveles del “colesterol malo” en humanos… tampoco existen pruebas de que sirvan para mejorar las funciones cognitivas, ni para proteger el sistema neurológico… Simplemente por que una coenzima NUNCA será como una Enzima.

Podría seguir con muchas más propiedades ( ni entraría en la parte cosmética...qué gran márketing y engaño ha causado), pero sería muy larga la historia, y lo resumiré en que no vale para nada comprada, que hay que conformarse con la que tenemos.
 
Última edición:

Pues nada, si tan seguro estás, presenta esos artículos, junto con tu tesis y conclusiones en la La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, quizá te den un premio nobel.

En breve voy a dar unas charlas sobre las reacciones enzimáticas y las catabolizaciones de las reacciones bioquímicas, así como la función de las coenzimas como intermediarios metabólicos.

Si quieres hablar de ello hablo con el organizador y te reservan una hora, ahí, dando la cara puedes expresar tus conocimientos al respecto e ilustrarnos.
 
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