Sirva aquí lo dicho por mí en otro foro sobre esta misma cuestión:
En el culturismo hay, sin duda, dos mundos. El mundo competitivo simplemente no existe al margen de la química, así funciona, es un pilar más, tan esencial como otros, condición sine qua non para competir.
El el otro mundo estamos los otros, los que practicamos culturismo de un modo recreacional; llámesenos amateurs si se quiere. Yo, de hecho, no me considero culturista, ni mucho menos. Eso es lo de menos, el caso es evaluar las armas que se usan en relación con los objetivos que se tienen. En nuestro caso, y desde mi punto de vista, no veo racional el uso de química y tampoco cualesquiera otras prácticas potencialmente dañinas para la salud, simple y llanamente porque no merece la pena. Esa es mi postura, y es tan respetable como cualquier otra; no sólo los que usan roids están en condiciones de demandar respeto, nosotros también.
La decisión de usar roids es íntimamente personal. Que los use el que quiera, y en las condiciones que quiera. Están ahí, para quien quiera usarlos, y la información sobre cómo hacerlo también es perfectamente accesible. Cuestión distinta es que, al margen del eventual "respeto" a los que los usan (no hay nada que respetar, pues no es algo que competa a terceras personas), la decisión de usarlos puede considerarse o no racional, según los casos.
Habrá seguramente quien no admita preguntas, observaciones o críticas sobre lo que hace o deja de hacer; bueno, quien sepa lo que hace y tenga plena consciencia de ello, y argumentos para hacerlo, no debería molestarse.
La vía natural es también respetable, y muy dura también, porque los resultados no llegan tan rápido, ni van tan lejos. Trabajamos con menos herramientas, pero también le ponemos esfuerzo e ilusión. Habrá quien diga que envidiamos los resultados de los que usan química, y puede que en algún caso no les falte razón, en el sentido de que muy seguramente nos gustaría obtener unos resultados que de antemano sabemos que no están a nuestro alcance, cuestiones genéticas al margen; pero si, con todo, no echamos mano de la química, estando ahí para quien la quiera usar, ¿nuestros motivos tendremos, no? Tantos, o más, que los otros para usarla.