Una vez al año, sin falta, me hago un análisis completo de sangre. A pesar de correr religiosamente una hora cada día —ya sea en el calor abrasador de agosto o en el viento helado de enero—, mis niveles de triglicéridos y LDL tienden a estar ligeramente elevados. Y claro, mientras en Francia esto no alarma a nadie (casi te ofrecen un croissant para celebrarlo), en otros países como Alemania o España, te recetan estatinas antes de que puedas pronunciar “lipoproteína”.
Pero… ¿de verdad es el LDL tan malo como lo pintan? ¿Y qué hay de esos nuevos marcadores como apoB y Lipoproteína(a) que están revolucionando la medicina preventiva?
El eterno debate del colesterol… y su reinvención
El colesterol ha sido durante décadas el villano número uno en el mundo de la cardiología. Pero cada vez está más claro que no es tanto el colesterol en sí, sino las partículas que lo transportan —las famosas lipoproteínas— las que marcan la diferencia. Esta distinción es vital, especialmente si eres deportista, comes bien y aún así tus análisis de sangre te “castigan”. Los métodos tradicionales que solo miden el LDL total podrían estar pasados de moda y subestimando los riesgos reales, incluso en cuerpos aparentemente saludables.
¿Qué demonios son las lipoproteínas?
Las lipoproteínas son vehículos microscópicos que transportan grasas, como el colesterol, a través del torrente sanguíneo. Hay varias “familias”: HDL (el “bueno”), LDL (el “malo”) y luego están los pesos pesados no tan famosos como las partículas que contienen apoB y Lipoproteína(a), que están tomando protagonismo por su precisión al predecir riesgos reales. Es decir: no es cuánta grasa tienes flotando en la sangre, sino cuántos camiones (lipoproteínas) están circulando y si están causando atascos peligrosos en tus arterias.
La revolución apoB: menos ruido, más datos útiles
Investigadores de la Universidad de Chalmers en Suecia y de Harvard han analizado más de 200.000 personas durante 15 años, descubriendo que el mejor predictor de enfermedades cardiovasculares no es el colesterol en sí, sino la cantidad de partículas que contienen apoB. Estas partículas son las que tienen más probabilidades de causar placas en las arterias, incluso en personas jóvenes, activas y, en apariencia, muy sanas como muchos CrossFitters y atletas de gimnasio. De hecho, una simple prueba de apoB puede ser más útil que toda una batería de paneles lipídicos tradicionales.
La amenaza silenciosa: Lipoproteína(a)
Por si fuera poco, los científicos también están dando la voz de alarma sobre la Lipoproteína(a), un tipo de lipoproteína genéticamente determinada que puede disparar el riesgo cardiovascular incluso en personas con LDL normal. En España, donde el CrossFit ha experimentado un auge notable en ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla, muchos atletas confían ciegamente en su forma física como escudo contra todo mal. Pero incluso el cuerpo más definido no es inmune a esta amenaza silenciosa si la genética no está de tu lado.
España, dieta mediterránea y... ultraprocesados
Tradicionalmente, España ha sido sinónimo de dieta mediterránea y longevidad, pero la realidad ha cambiado. El consumo de alimentos ultraprocesados ha crecido de forma alarmante, incluso entre deportistas. Y mientras algunos piensan que una ensalada de quinoa y dos scoops de proteína lo solucionan todo, ignoran que una alimentación aparentemente “fit” puede estar camuflando una tormenta lipídica interna. El problema se agrava con la desinformación: en muchos centros deportivos no se habla de apoB ni de Lipoproteína(a), y ni se menciona en los chequeos médicos básicos.
CrossFit y la falsa sensación de invulnerabilidad
El culto al rendimiento extremo en disciplinas como el CrossFit lleva a muchos a pensar que los análisis de sangre son para los sedentarios. Error. En comunidades como las de CrossFit en Valencia o Bilbao, donde se celebra el esfuerzo sobrehumano, se necesita también una vigilancia sobrehumana de la salud. Si puedes hacer 50 burpees sin pestañear, también deberías poder pedir una analítica completa con apoB y Lipoproteína(a) sin vergüenza ni excusas.
¿Y ahora qué? Tiempo de actuar, no de esperar
Las pruebas para medir apoB y Lipoproteína(a) ya existen, son accesibles y relativamente económicas. La cuestión es: ¿estás dispuesto a mirar más allá de tu reflejo en el espejo? Como atleta o aficionado al fitness, tu cuerpo es tu templo… pero eso no significa que esté libre de grietas. La prevención es poder. Y si vives en un país con un sistema sanitario tensionado y listas de espera eternas, como está empezando a pasar incluso en algunas regiones de España, la responsabilidad sobre tu salud recae —más que nunca— en ti.
Músculos sí, pero también inteligencia médica
El nuevo paradigma en salud cardiovascular no se mide en kilos levantados ni en calorías quemadas, sino en partículas que no se ven a simple vista. LDL ya no es el único nombre del juego. Si realmente quieres optimizar tu salud como optimizas tu entrenamiento, deberías interesarte por apoB y Lipoproteína(a). Porque ser fuerte no significa ser invulnerable. Y porque incluso los atletas más disciplinados pueden tener enemigos invisibles en su propia sangre.