Nada de grasa en la comida – nada de grasa en el cuerpo

Nada de grasa en la comida – nada de grasa en el cuerpo

Quien quiere perder unos kilos, debe sencillamente hacer deporte regularmente. No obstante alimentarse de manera sana es todavía más importante ya que, junto con la falta de actividad, una alimentación inadecuada rica en azúcares y carbohidratos es considerada como la principal causa del sobrepeso. Entonces se necesita una dieta, pero como saber orientarse en el laberinto de sugerencias sobre alimentación en que nos ofrecen internet y revistas. ¿Cúal dieta nos conviene? Una dieta muy popular actualmente es la llamada low-fat (dieta baja en grasas). Esta suena muy fácil; basta con ingerir menos productos ricos en grasas, único objetivo de la dieta low-fat.

Infortunio: la grasa es exactamente la que da el sabor

Es cierto que hay una infinidad de versiones de la dieta low-fat, en la mayoría de ellas el porcentaje de grasa en las calorías consumidas se reduce a un 30%. Lo que hoy en día se considera como una alimentación normal, es en realidad una alimentación con gran contenido de grasas; entre el 50 % - 60 % de las calorías que ingerimos, proviene de calorías que se encuentran en alimentos ricos en grasas; alimentos fritos, platillos al gratín, queso, embutidos, yoghurts a base de leche entera y verdura coronada con mantequilla son fuente de grasas escondidas. Un gramo de grasa contiene 9,3 kilocalorías. En la dieta low-fat el consumo diario de grasas se reduce máximo a 60 gramos. Esto da un total de 560 kilocalorías, lo que tan sólo cubre el 30% del valor recomendado por día: 1600 kilocalorías.

Los hidratos de carbono y proteínas solamente representan un valor de aprox. 4,1 kilocalorías cada uno. La ventaja de la dieta low-fat es que se puede reducir el peso al reducir el procentaje de grasas ingeridas, a pesar de que de hecho se ingiere la misma cantidad de alimento; simplemente hay que substituir los alimentos ricos en grasas por alimentos ricos en hidratos de carbono y proteínas. Por otro lado los hidratos de carbono nos dan una sensación de saciedad por más tiempo que la grasa, o sea no hay porqué “pasar hambre” como con otras dietas.

El cumplimiento de una dieta low-fat es relativamente fácil, hoy en día están indicados los valores de grasa en casi todos los alimentos. Es cuestión de cuidar de no ingerir más de 60 gramos al día. Para un mejor control, basta una hoja de papel en donde se anote cuanta grasa ya se ha comido en el día.

Para el que quiera profundizar sus conocimientos sobre el tema dietas low-fat, puede elegir entre un gran número de consejos; una busqueda sobre el tema, sólo en Amazon, arroja 135 títulos, que van desde “low fat 30, las 100 recetas más sencillas” hasta, “low-fat 30, comer es divertido, la base para bajar de peso sin dieta”. La fundación “Warentest” (revista alemana de ayuda al consumidor) juzgó que en principio el esfuerzo por bajar de peso tenía sentido y era muy prometedor siempre y cuando se coma suficiente verdura y fruta para garantizar también el suministro de vitaminas.

No obstante la dieta low fat tiene sus desventajas y esconde ciertos riesgos que deberían de ser tomados en consideración, no se debe reducir demasiado la grasa pues algunos ácidos de grasa no los puede producir el organismo por sí solo, éstos se ingieren solamente a través de los alimentos. Además, existe el peligro de ingerir muy pocas de las vitaminas disolventes de grasas. Un subministro de ácidos de grasa puede ocacionar los llamados “ataques de voracidad”. Además hay que tener cuidado de que la ingestión de grasas no baje permanentemente a menos del 20%, ya que eso sería demasiado poco para el cuerpo y podría desencadenar serios problemas de salud. Por algo son las grasas los que dan el sabor. Las grasas consienten nuestro paladar y comidas exentas de grasa son a la larga inaguantables para los aficionados al buen comer. Por cierto que también puede ser de ayuda otro proverbio para motivarse:” el que quiera azul celeste que le cueste”

Una receta con bacalao
(para 4 personas)

750 g. de bacalao
2 cebollas
2 rebanadas de pan tostado
1 huevo
½ paquete de especies (8 diferentes de especies)
30 g de mantequilla o margarina
1 cuchara sopera de harina
300 ml de leche
1 pepinillo
2 cucharaditas de jugo de limón
1 ramo de eneldo
1 pimiento verde
Sal y pimienta

Primero corte en pequeños trozos el filete y haga una pasta. Parta la cebolla en trozos y demigaje el pan tostado. Haga una pasta del pescado, huevo, especies, cebolla, sal y pimienta. Haga pequeñas albondigas y fríalas. Rocíe el residuo del asado con harina y sofríala. Agrege la leche y disuelva. Ralle los pepinos y parta el pimiento en tiras e incorporelos a la salsa y déjelos que se impregnen durante 5 minutos. Rocíe el eneldo (bien picado) sobre la salsa con la que habrá rociado las albondigas. Acompañe con papas cocidas y ensalada.

0 Comentarios