Las perfidias al bajar de peso y como esquivarlas – Parte II

Las perfidias al bajar de peso y como esquivarlas – Parte II

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Es una buena idea informase bien antes de emperzar con una dieta, esto te garantirzará buenos resultados (siempre y cuando la asesoría sea correcta con una persona experiente) y te dará ánimos para cambiar tu alimentación definitivamente. No te desanimarás y no intentarás probar otra dieta para convencerte al final que no te va a ayudar. Y mucho menos a largo plazo. Bajar de peso rápidamente es relativamente sencillo , este es el caso con la mayoría de las dietas.



No importa que tipo de dieta intentes, la dieta de la piña, de la papa, de las fibras y todas las habidas y por haber publicadas en todos los medios posibles de comunicación requieren de disciplina, pero solamente para el tiempo de dieta fijado, lo que se antoja al principio muy atractivo. Los interesados en bajar de peso raras veces se dan cuenta que bajar de peso para siempre es sólo posible si se cambian los hábitos alimenticios fundamentalmente y además se conservan para toda la vida.



Esto suena de momento fatal, pero es la realidad, basada en todo lo que ya hemos descrito acerca de los procesos del cuerpo. El sobrepeso es ocacionado por un suministro de energía innecesaria proveniente de la alimentación. Este es el punto en el que hay que concentrarse para atacar las consecuencias, si comes muy limitadamente por poco tiempo, vas a bajar de peso pero si después de ese tiempo comes como acostumbrabas, es decir, de la manera como cuando subiste de peso, vas a ganar otra vez el peso perdido y tal vez hasta más debido a la pérdida de masa muscular y a la reducción de la actividad de la tiroides . Los ataques de hambre te van a vencer después de un periodo de dieta demasiado estricto.



Tener paciencia



Para poder cambiar nuestros hábitos alimenticios es necesario  reconcocer que uno tiene hábitos muy arraigados. Muy pocas personas  puedenr cambiar de un día para el otro y llevar una vida radicalmente nueva y para siempre. Pero cambiar es posible si uno se toma tiempo, es posible adquirir nuevas costumbres poco a poco. La alimentación es un aspecto programable y se puede optimizar  individualmente.



Una alimentación razonable tiene como meta proporcionar al cuerpo todos los nutrientes que el requiere. Este es el punto principal a considerar. Que existen alimentos que son básicamente sanos o nada sanos es una (media) verdad innecesaria. ¿Se puede pasar por alto? Ningún alimento tiene el potencial de actuar muy saudablemente o no, siempre y cuando sea consumido en cantidades moderadas. Es claro que existen alimentos que contienen muchos de los nutrientes que necesitamos y otros que no los tienen.

Uno se puede limitar a preferir los alimentos de primera categoría y  a considerar los otros como antojos, los cuales no son necesarios pero son un gusto para el paladar.



Una alimentación entonces no se basa en prohibiciones sino en el saber elegir lo mejor y ofrecerlo al cuerpo que lo necesita. La reducción de la energía ingerida debe también efectuarse con moderación y de tal forma que uno no se limite exageradamente a los cambios en la alimentación.



Es aceptable un déficit de 250-500 kcal por día como valor de orientación. No porque no sea posible más sino porque nos permite sin ningún problema comer cantidades normales e ingerir los nutrientes necesarios. Además uno así puede ahorrarse las medidas preventivas del cuerpo que pone en acción cuando siente que le están reduciendo los nutrientes.



Concentrarse en lo más importante



Los número de la báscula no deben de ser lo más importante. Por lo menos no desde el comienzo. Para ser exactos estos números no nos interesan y nos distraen de hechos como los pantalones que ya no nos quedan,de una falta de vanidad, del cuerpo flojo o de los efectos negativos que el sobrepeso tiene sobre la salud o/y de la calidad de vida. Cada uno tiene sus razones para querer bajar de peso. Los números en la báscula son frecuentemente  tan solo un indicador de poco valor informativo, al cual se puede con toda tranquilidad ignorar o recurrir a ellos de vez en cuando. No consultes todas las mañanas la báscula para que ella sea la que  decida si somos exitosos o otra vez  estamos viviendo un fracaso.



No debemos considerar que los éxitos se logran sólo si nos proponemos una gran desafío. ¿Y los pequeños desafíos? ¿No cuentan? El número en el display no dice mucho. Nos indica sólo si hubo perdida de masa o no. No nos especifica si esta pérdida resulta del agua, grasa o masa muscular. Desde el punto de vista cualitativo es un juez malvado. Cada uno de nosotros se propone una determinada meta por diferentes razones y debería utilizar estas razones como un indicador para revisar su avance.



Si los pantalones que que tanto nos gustan ya no nos quedan , la meta tiene que ser que nos vuelvan a quedar. Si nos parece que tenemos un abdomen muy grande, la meta tiene que ser reducir la grasa del abdomen. Si son decisivos los valores de la sangre y la presión sanguinea, entonces habrá que concentrarse en nivelarlos. Si simplemente no nos sentimos a gusto ya sea porque no somos tan activos como en años anteriores entonces la meta tiene que ser mejorar nuestra condición física. Hoy en día todo se relaciona erróneamente con el número que nos presenta la báscula y con los valores BMI para sacar nuestsras conclusiones sobre nuestro estado de salud o las enfermedades que nos afectan.



Esto está muy bien para los científicos, que se ocupan de mediciones. Pero no son datos para las personas normales cuya salud es la suma de diferentes componentes. Cada personas tiene que tomar en serio su meta individual y sus deseos. De manaera que no reduzca su bienestar  y su salud a simples números.

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