Suelo fiarme más de artículos a los que como médico estoy suscrito, con rigor científico como por ejemplo una
revisión publicada en Nutrients titulado “Intermittent Fasting in Cardiovascular Disordes – An Overview”, y hay más evidencia científica en relación a lo contrario a desayunar...o sea ayunar, que al contrario. Ojo, no lo digo yo....Pero si lo voy a explicar científicamente hablando.
(
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6471315/ ).
Se concluye que el ayuno limita muchos factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y, por lo tanto, la aparición de las mismas. Es decir, es mejor ayunar que desayunar.
Durante el ayuno, los ácidos grasos y cuerpos cetónicos se convierten en la principal fuente de energía al no haber disponibilidad de glucosa. Esto produce una disminución de la masa grasa corporal, del colesterol total, del LDL colesterol y de los triglicéridos.
El ayuno inhibe el desarrollo de la placa de aterosclerosis, reduciendo las concentración de marcadores inflamatorios, como la IL-6, la homocisteína y la PCR. También, por diversos mecanismos impide la proliferación de la placa.
El ayuno es capaz de prevenir la hipertensión arterial elevando los niveles de BDNF (brain-derived neurotrophic factor), con lo que al aumentar el sistema parasimpático produce un descenso de la presión arterial sistólica y diastólica y una disminución de la frecuencia cardiaca.
Es también beneficioso en obesos y diabéticos. La reducción total de alimentos lleva a un descenso de peso. Se produce una mejoría del metabolismo de la glucosa y una mejora de la sensibilidad a la insulina, aumentando las células B pancreáticas de los islotes de Langerhans.
El ayuno también limita la hipertrofia cardiaca, por lo que es mejor para el corazón que desayunar.
No olvidemos que somos animales en evolución, y en realidad el ayuno, no es más que imitar un patrón de comportamiento que nuestra especie ha seguido millones de años, y que ha cambiado radicalmente en los últimos años, pero nada comparado con los millones de años de evolución.
Las evidencias más significativas se han encontrado en estudios realizados en roedores, ya que sigue el estudio en humanos, pero cada vez existen más indicios que apoyan que, también en humanos, diferentes pautas de ayuno se asocian con una vida, no sólo más prolongada, sino también más saludable.
Ahora, a quien le guste desayunar, que lo haga...O si alguien discrepa, que se ponga en contacto con los autores de la revisión publicada en Nutrients, y aporte lo necesario para que puedan publicar evidencias reales en contra. (No creo que les valgan articulillos sacados de internet).