La vacuna no evita el contagio. De eso no hay duda. Protege de los efectos más graves derivados de la enfermedad. Pero no solo del coronavirus. También las vacunas de la Gripe, de la fiebre amarilla , de la Rabia, o del propio Sarampión.
Según el analisis realizado en Our Wordl in data, concluye que la mortalidad varía enormemente entre grupos de población con distintas clases de pauta. En personas sin vacunar, la tasa semanal de mortalidad asciende a 13,06 por cada 100.000 habitantes, cifra que se reduce hasta 1,44 -unas nueve veces menos- entre personas con pauta completa y sin dosis de refuerzo. Por último, en población con dosis de refuerzo la tasa disminuye hasta 0,27. Es decir, ;
la tasa de muertes por Covid es hasta 48 veces menor con la tercera dosis que sin vacuna.
Las cifras de Chile, que también ha diseccionado y analizado con la finalidad de arrojar conclusiones, arrojan resultados similares, con una tasa de mortalidad semanal de 3,26 entre la población sin vacunar; 0,63 en vacunados sin reforzar; y 0,13 en vacunados con refuerzo. Varios países ofrecen estadísticas que distinguen entre vacunados y no vacunados, y la diferencia en mortalidad es notable en todos ellos, pero los datos de Suiza y Chile permiten distinguir también al grupo de población ya reforzado, el cual ha mostrado una protección claramente superior en ambos casos
Fuente;
https://ourworldindata.org/
No pretendo convencer a nadie, de hecho cada cual es libre. Pero hay que saber interpretar estadísticas y comprenderlas, como bien dice Arturo. Me intentaré explicar de la mejor manera posible.
Un no vacunado tiene más posibilidades de infectarse que un vacunado? Sí. ¿Es más fácil que un no vacunado se pueda morir de coronavirus que un vacunado? Por supuesto. Y también ser ingresado en la planta de un hospital, como mal menor, y entrar en UCI, como resultado de una complicación de la infección por Covid-19.
La conclusión simple es la de aquellos que piensan que si de 100 hospitalizados por Covid, 70 están vacunados y 30 no, eso quiere decir que a los que tiene la pauta completa les afecta más el virus que a los que no reciben dosis. Este es el principal error que cala en la población con el argumento de los antivacunas con teorías de la conspiración.
La paradoja de Simpson lo puede explicar perfectamente.
Del 29 de noviembre al 5 de diciembre, del año pasado por poner un ejemplo concreto ya que existe una contabilidad concreta, la incidencia de contagios entre los vacunados en España era de 147 casos por cada 100.000 habitantes (un total de 54.004 positivos). Entre los no vacunados, esa incidencia era de 310 positivos por cada 100.000 habitantes ; 12.415 infectados.
Los datos demuestran que los que no se vacunan juegan a una ruleta rusa con el coronavirus.
Una persona entre 60 y 79 años tiene 16 veces más posibilidades de morir por Covid si no está vacunado a que si tiene la pauta completa.
La clave no está en el global de infectados, sino en la tasa.
Todo lo explica la
paradoja de Simpson, de lo que seguramente Arturo sepa más que yo, y lo pueda explicar mejor, que divide los totales en subgrupos para establecer el dato real sobre el efecto de las vacunas.
Por ejemplo, cogiendo desde el 11 de octubre hasta el 5 de diciembre, del año pasado, han fallecido por coronavirus en España 206 personas vacunadas y 70 no vacunadas. Con el dato frío en la mano, los muertos vacunados son casi tres veces más. Pero la relación de los fallecidos con vacuna se tiene que establecer en función del número de personas con pauta completa y dosis de recuerdo, que es muchísimo más elevado que el total de aquellos que no quieren saber nada de la vacuna.
El 99,2% de los españoles entre 70 y 79 años está vacunado, igual que el 97,7 de los que tiene entre 60 y 69. Hay 206 fallecidos por Covid entre millones y millones de españoles con doble pauta, mientras que hay 70 muertos entre unos cuantas decenas de miles de aquellos que se negaron a vacunarse. Ahí radica la diferencia y lo que hay que entender.