Platon1
Gnosti te auton
Primera experiencia con fat-gripz
Como sabéis los lectores de mi diario, esta semana de descarga la he consagrado por completo al descanso y la recuperación. Incluso me he permitido alimentos no habituales y otros ricos en carbohidratos para suplirme de cualquier nutriente del que la dieta habitual pudiera carecer.
El objetivo era recargar mis depósitos de glucógeno después de hacer varios días una dieta muy baja en CH y comenzar la semana con un fondo de energía elevado para el exigente entrenamiento de hipertrofia.
No obstante, me permití realizar una o dos series de bíceps (sé que no es tiempo de playa, perdonadme) para probar el fat-gripz, que implementa un agarre ancho en todo tipo de barras y mancuernas. Entre sus anunciados beneficios, algo exagerados por el lenguaje publicitario norteamericanao, se enumeran un aumento de la fuerza y tamaño de los antebrazos, una mayor activación neuronal y un correctivo de posibles desequilibrios en la cadena cinética que limita el progreso, entre otros. Está avalado por Poliquin y otros entrenadores de cierto predicamento que recomiendan el entrenamiento con agarres anchos.
Pues bien, realizé algunas series con un juego de mancuernas que tengo en casa, en concreto curl de bíceps no alterno, probando con el accesorio y sin él. El efecto sobre el bíceps fue casi inmediato, de algún modo el esfuerzo se localizaba más decidamente sobre este músculo, a la par que notaba el antebrazo trabajar mucho más intensamente que con el agarre ordinario.
No obstante, la sensación no era limitante ni desagradable, al parecer la mayor expansión de los músculos extensores de los dedos, que conectan muy cerca del bíceps, es una de las claves de la efectividad del agarre ancho.
Cuando cambié al agarre estrecho, esa intensidad desde la muñeca hasta el hombro desapareció.
Un día después me sorprendí con fuertes agujetas en antebrazos y bíceps, aunque sólo había efectuado dos series no muy pesadas como prueba, lo que es, a mi entender, una prueba más del trabajo intenso que localiza sobre los brazos y que hay una gran parte de verdad bajo el lenguaje acartonado y mercantil de sus creadores.
Habiendo experimentado de primera mano sus efectos, introduciré una ligera modificación en mi rutina de hipertrofia de brazos, a saber, cambiaré los dos ejercicios de antebrazos del lunes por ejercicios con fat-gripz que me permitirán añadir trabajo extra a bíceps-tríceps sin soslayar los antebrazos.
Como sabéis los lectores de mi diario, esta semana de descarga la he consagrado por completo al descanso y la recuperación. Incluso me he permitido alimentos no habituales y otros ricos en carbohidratos para suplirme de cualquier nutriente del que la dieta habitual pudiera carecer.
El objetivo era recargar mis depósitos de glucógeno después de hacer varios días una dieta muy baja en CH y comenzar la semana con un fondo de energía elevado para el exigente entrenamiento de hipertrofia.
No obstante, me permití realizar una o dos series de bíceps (sé que no es tiempo de playa, perdonadme) para probar el fat-gripz, que implementa un agarre ancho en todo tipo de barras y mancuernas. Entre sus anunciados beneficios, algo exagerados por el lenguaje publicitario norteamericanao, se enumeran un aumento de la fuerza y tamaño de los antebrazos, una mayor activación neuronal y un correctivo de posibles desequilibrios en la cadena cinética que limita el progreso, entre otros. Está avalado por Poliquin y otros entrenadores de cierto predicamento que recomiendan el entrenamiento con agarres anchos.

Pues bien, realizé algunas series con un juego de mancuernas que tengo en casa, en concreto curl de bíceps no alterno, probando con el accesorio y sin él. El efecto sobre el bíceps fue casi inmediato, de algún modo el esfuerzo se localizaba más decidamente sobre este músculo, a la par que notaba el antebrazo trabajar mucho más intensamente que con el agarre ordinario.
No obstante, la sensación no era limitante ni desagradable, al parecer la mayor expansión de los músculos extensores de los dedos, que conectan muy cerca del bíceps, es una de las claves de la efectividad del agarre ancho.
Cuando cambié al agarre estrecho, esa intensidad desde la muñeca hasta el hombro desapareció.
Un día después me sorprendí con fuertes agujetas en antebrazos y bíceps, aunque sólo había efectuado dos series no muy pesadas como prueba, lo que es, a mi entender, una prueba más del trabajo intenso que localiza sobre los brazos y que hay una gran parte de verdad bajo el lenguaje acartonado y mercantil de sus creadores.
Habiendo experimentado de primera mano sus efectos, introduciré una ligera modificación en mi rutina de hipertrofia de brazos, a saber, cambiaré los dos ejercicios de antebrazos del lunes por ejercicios con fat-gripz que me permitirán añadir trabajo extra a bíceps-tríceps sin soslayar los antebrazos.
Última edición: