Bajo el título de esta historia "El poder de la mente" Arnold S. Escribe este viejo refrán.
Cuando las cosas van dada, es siempre la mente, no el cuerpo, la primera en fallar.
Y luego dice:
En día en que Franco Columbu y yo hacíamos sentadillas en el antiguo Gold Gym. Franco llevaba 200 kilos, bajó y no pudo volver a subir.
Agarramos la barra y le ayudamos a devolver al rack. Doscientos kilos incluso para una sola reperición era evidentemente demasiado para él ese día.
En ese preciso instante entraron cuatro o cinco chicos italo-americanos de nueva york << Anda -Dijeron-, ¡Es Franco! -Ey Franco>> Eran fans entusiastas y estaban esperando verlos trabajar, sólo que Franco acababa de fallar un levantamiento y parecía probable que le ocurriría lo mismo en el próximo.
Me llevé a Franco a un lado y le dije: <<Franco, esos chavales piensan que eres el rey. No puedes volver con los 200 kilos y fallar de nuevo>> De pronto su rostro se transformó. Me miró con los ojos abiertos percatándose de que estaba en un apieto. Salió a la calle y pasó unos instantes mentalizándose, respirando profundamente y concentrándose en el alzamiento. Volvió al gimnasio, agarró la barra y en lugar de las seis repeticiones que se suponía debía hacer con 200 kilos ¡hizo 8! Despues salió despejado como si no ubiera hecho el menor esfuerzo.
Evidentemente, los músculos de Franco no se fortalecieron en estos pocos minutos entre series, sus tendones no aumentaron de tamaño, lo que se transformó fue su mente, su voluntad y motivacioón, su deseo de una meta, Es imposible el pasar por alto la importancia de la mente a la hora de hacer es que el cuerpo consiga lo que desea.
Siento si hay faltas, letras cambiadas o similar, he tenido que escribirlo mientras lo leía.
Cuando las cosas van dada, es siempre la mente, no el cuerpo, la primera en fallar.
Y luego dice:
En día en que Franco Columbu y yo hacíamos sentadillas en el antiguo Gold Gym. Franco llevaba 200 kilos, bajó y no pudo volver a subir.
Agarramos la barra y le ayudamos a devolver al rack. Doscientos kilos incluso para una sola reperición era evidentemente demasiado para él ese día.
En ese preciso instante entraron cuatro o cinco chicos italo-americanos de nueva york << Anda -Dijeron-, ¡Es Franco! -Ey Franco>> Eran fans entusiastas y estaban esperando verlos trabajar, sólo que Franco acababa de fallar un levantamiento y parecía probable que le ocurriría lo mismo en el próximo.
Me llevé a Franco a un lado y le dije: <<Franco, esos chavales piensan que eres el rey. No puedes volver con los 200 kilos y fallar de nuevo>> De pronto su rostro se transformó. Me miró con los ojos abiertos percatándose de que estaba en un apieto. Salió a la calle y pasó unos instantes mentalizándose, respirando profundamente y concentrándose en el alzamiento. Volvió al gimnasio, agarró la barra y en lugar de las seis repeticiones que se suponía debía hacer con 200 kilos ¡hizo 8! Despues salió despejado como si no ubiera hecho el menor esfuerzo.
Evidentemente, los músculos de Franco no se fortalecieron en estos pocos minutos entre series, sus tendones no aumentaron de tamaño, lo que se transformó fue su mente, su voluntad y motivacioón, su deseo de una meta, Es imposible el pasar por alto la importancia de la mente a la hora de hacer es que el cuerpo consiga lo que desea.
Siento si hay faltas, letras cambiadas o similar, he tenido que escribirlo mientras lo leía.
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