Atonito
New member
Espero que este tema no haya sido hablado ya. Por lo menos a mí no me suena nada parecido. Si lo está, borradlo.
Pues vengo de vacaciones en un pueblo, Alcoi, en las fiestas de los moros y cristianos. Una semana en la que no he hecho ningún tipo de entrenamiento excepto subir y bajar muchas escaleras, comer como un cerdo y beber como una esponja.
EFECTO 1
Necesitaba una semana de descontrol, me subía por las paredes. Y hoy he cedido el asiento en el metro, he preguntado cuántas horas trabaja al indio que siempre me atiende, he soportado a mis jefes y hasta he sido simpático con el monitor de mi gimnasio.
EFECTO 2
Después de maltratar a mi cuerpo temía haber tirado por la borda unos tres meses de entrenamiento y dieta. Así que he hecho la rutina moderando los pesos. Pero... ¡sorpresa!, no sólo he tenido que volver a subir el peso sino que he acabado haciendo más repeticiones y con más peso que antes de irme. Incluso he exclamado en mitad de la última serie de press de banca:"¡Pero qué cosa más rara!" y normalmente, creedme, sacaba mi último aliento a la cuarta repetición.
EFECTO 3
Me he pesado. He engordado un poco. No me hago ilusiones, se que ese kilo ha ido a la tripa y los michelines. Sin embargo delante del espejo no parece tan dramático el cambio y la blandura que tenía al volver ha desaparecido al primer entrenamiento. Incluso creo que ese comer sin límite me ha beneficiado. Ahí está el incremento de fuerza que no se producía desde hace meses. Teniendo en cuenta que soy ectomorfo: ¿es posible que esta semana haya ingerido las calorías que realmente necesitaba?, ¿estaría exigiendo demasiado a mi cuerpo?, ¿podría ser que las proteínas no lo son todo y que los hidratos no son tan malos?
Todos estos cambios me resultan paradójicos e incomprensibles así que invoco vuestra experiencia y sabiduría técnica.
Pues vengo de vacaciones en un pueblo, Alcoi, en las fiestas de los moros y cristianos. Una semana en la que no he hecho ningún tipo de entrenamiento excepto subir y bajar muchas escaleras, comer como un cerdo y beber como una esponja.

EFECTO 1
Necesitaba una semana de descontrol, me subía por las paredes. Y hoy he cedido el asiento en el metro, he preguntado cuántas horas trabaja al indio que siempre me atiende, he soportado a mis jefes y hasta he sido simpático con el monitor de mi gimnasio.
EFECTO 2
Después de maltratar a mi cuerpo temía haber tirado por la borda unos tres meses de entrenamiento y dieta. Así que he hecho la rutina moderando los pesos. Pero... ¡sorpresa!, no sólo he tenido que volver a subir el peso sino que he acabado haciendo más repeticiones y con más peso que antes de irme. Incluso he exclamado en mitad de la última serie de press de banca:"¡Pero qué cosa más rara!" y normalmente, creedme, sacaba mi último aliento a la cuarta repetición.
EFECTO 3
Me he pesado. He engordado un poco. No me hago ilusiones, se que ese kilo ha ido a la tripa y los michelines. Sin embargo delante del espejo no parece tan dramático el cambio y la blandura que tenía al volver ha desaparecido al primer entrenamiento. Incluso creo que ese comer sin límite me ha beneficiado. Ahí está el incremento de fuerza que no se producía desde hace meses. Teniendo en cuenta que soy ectomorfo: ¿es posible que esta semana haya ingerido las calorías que realmente necesitaba?, ¿estaría exigiendo demasiado a mi cuerpo?, ¿podría ser que las proteínas no lo son todo y que los hidratos no son tan malos?
Todos estos cambios me resultan paradójicos e incomprensibles así que invoco vuestra experiencia y sabiduría técnica.