Esto es una parte de un articulo que habla del mito de la hipertrofia no funcional This URL has been removed!
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Con frecuencia se recomienda a los atletas entrenar pesado con bajas repeticiones. Existe el convencimiento de que entrenar con rangos más altos de repeticiones y descansos incompletos, sólo conduce a una hipertrofia «no-funcional».
Lo que ocurre realmente
No obstante, cuando examinamos, ciencia en mano, estas afirmaciones, se demuestra que el tamaño del sarcoplasma está limitado por el tamaño miofibrilar. En otras palabras, una célula sólo puede sostener una cantidad de sarcoplasma que está limitada por el tamaño miofibrilar. Añadamos que un buen puñado de estudios han intentado diferenciar hiperftrofia miofibrilar de hipertrofia sarcoplasmática con distintos protocolos y cargas. En cada uno de ellos, el crecimiento miofibrilar siempre va por delante, por un margen 2 ó 3 veces superior normalmente. Así que, parece imposible aventurar un incremento sarcoplasmático en ausencia de uno miofibrilar, independientemente de las estrategias utilizadas.
Esto nos llevaría a pensar que una hipertrofia sarcoplasmática desligada de la miofibrilar no es más que un mito. Ahora bien, aunque técnicamente es así, en la práctica sí que existe ese crecimiento «no-funcional», pero en mi humilde opinión éste no ocurre de la manera en que el consenso general sugiere. En el mundo real, la hipertrofia no-funcional es simplemente un almacenamiento extra de glucógeno. Un músculo que ve comprometidas sus reservas energéticas (a través de un alto volumen de entrenamiento) se adaptará a almacenar más glucógeno, de tal forma que esto se traduzca en un aumento de peso y tamaño.
Glucógeno y «blandura»
Un hombre normal, de unos 77 kilos, puede almacenar en torno a 350-500 gramos de glucógeno en sus músculos. Un hombre del mismo peso entrenado con alto volumen puede llegar a almacenar casi el doble, ~1000 gramos. Cada gramo de glucógeno requiere de 3 de agua, de manera que 500 gramos extra de glucógeno muscular, supondrá un aumento de 2kg. Estos 2 kilos de glucógeno y fluidos se almacenarán en el músculo y «parecerán» músculo «real», pero, en realidad, no es más que energía y agua. Dos kilos pueden no parecer mucho, pero la próxima vez que vayas al supermercado, échale un vistazo a un filete de ese tamaño y verás como es una cantidad considerable.
Pongamos que escogemos a dos personas con brazos de 38 cm que entrenen con un bajo volumen, de forma que sus reservas de energía nunca llegan a verse comprometidas. Digamos que hacen algo así como 5 series de 3-5 repeticiones para bíceps y tríceps un par de veces por semana. Mantenemos a uno de ellos con bajo volumen y, para el otro, aumentaremos a algo como 8 series de 10-12 repeticiones, también dos veces por semana. El tipo con el volumen alto de entrenamiento, es fácil que supere en más de un centímetro a su compañero en poco tiempo, porque el alto volumen compromete en mayor medida las reservas de energía de sus brazos y el cuerpo se adapta, aumentando la cantidad que puede ser almacenada. Desde la perspectiva miofibrilar, sus brazos serán similares, probablemente también su fuerza, pero el segundo tipo tendrá un mayor almacén de glucógeno, lo que hará parecer más grandes a sus músculos (y puede que le haga parecer «débil» para alguien de su tamaño si lo comparamos con el primer sujeto).
Una persona con brazos de 50 cm que entrenase habitualmente con un bajo volumen, podría llegar a aumentar hasta 2.5 centímetros, sólo aumentando su volumen de entrenamiento.
Esto no quiere decir que alguien que trabaje con rangos altos de repeticiones no pueda conseguir fuerza funcional y tamaño en el proceso. Mientras trabaje con una sobrecarga progresiva, sus miofíbrilas crecerán de igual modo que en el sujeto que entrene con bajas repeticiones, sólo que es más fácil que consiga una ganancia extra casi inmediata derivada del almacenamiento de glucógeno, además.
Con un alto volumen, un tipo corriente podrá conseguir hasta 2.5-5 kilos de hipertrofia sarcoplasmática en todo su cuerpo, por encima de lo que conseguiría con protocolos de bajo volumen. Voluminizadores celulares como la creatina también van a atraer agua al músculo; sumémosle el uso de esteroides (que, con frecuencia, aumentan la retención de agua y el almacenamiento de creatina), y es fácil de comprender cómo los culturistas que entrenan con un alto volumen pueden aumentar ese peso «blando» de un modo significativo.