El secreto de un buen gimnasio o centro deportivo

El secreto de un buen gimnasio o centro deportivo

El proyecto de un gimnasio empieza como cualquier otro: pensando en los futuros usuarios. ¿Quienes serán nuestros clientes? Los usuarios de un gimnasio son normalmente personas con una consciencia de su cuerpo muy patente. Le dan mucha importancia a las aparencias. Para ellos no solamente es vital cómo se ve sino perfeccionar su cuerpo lleno de energía y concentirlo. El gimnasio se convierte de esta manera en una pasarela y el propio cuerpo en la sensación.



Por otro lado los miembros de los gimnasios son en la mayoría de los casos individualistas. Son muy diferentes de los deportistas de asociaciones, que hacen deporte en equipo y en horarios fijos. Los clientes de los gimnasios o centros deportivos deciden ellos mismos cuándo, con quién y cuánto tiempo van a hacer ejercicio. El arquitecto que se encarga de los planos así como el adminstrador deben tener presente en todo momento a los futuros clientes: al planear la zona cardio, los espacios para las clases en grupos; los diferentes horarios deben de ofrecer un alto grado de libertad para cada futuro miembro.



El núcleo común de los individualistas



El deporte en un gimnasio tiene como fin mejorar la apariencia, muy diferente del deporte practicado en equipo, en donde lo más importante es el juego y el resultado es la meta de la actividad deportiva. El efecto de la actividad física en el cuerpo es más importante que la diversión que se pueda obtener. Se trata en una palabra de aumentar tu condición física pero también de mostrarla. El cuerpo no se embellece solamente para la vida fuera del club sino tambien para presumirlo dentro de él. El gimnasio se convierte en el club de distracción, “ver y ser visto” es lo que vale.



El bar es un centro de encuentro. Aquí se encuentran gente con los mismos intereses y el mismo estilo de vida, exactamente como en un club de diversión. El gimnasio se pude convertir en tu segunda casa al igual que lo es tu cafetería favorita de la esquina. Al visitante se le debe transmitir el sentimiento en el momento de entrar que uno cuida de él y de su cuerpo. Y para esto se requiere el personal adecuado. Un buen empleado de gimnasio concoce por ejemplo los nombres y necesidades de sus clientes en poco tiempo.



Penetrar en otro mundo



También se tiene que transmitir ese sentimiento a través de los espacios. El usuario debe sentir al momento de entrar en su mundo de fitness que todo gira ahí en torno a él y a su cuerpo. Para eso es necesario dar la bienvenida con una recepción acogedora, limpia y que irradie vida. Un bar que inspire salud así como instalaciones y espacios arreglados, pintados de colores alegres y sobre todo limpios. Para ir de acuerdo con esa necesidad de “ver y ser visto” , algunos espacios deberán ser abiertos.



La zona cardio así como espacios aislados deben de invitar a entrar; también se debe pensar en los espacios de retiro que inviten al cuerpo a tranquilizarse. Para esto se prestan espacios pequeños, y claro también las instalaciones sanitarias y cabinas. Entre más variedad de espacios ofrezca un gimnasio más agradable será. Debe ser presentarse como un mundo aparte.



El jugar con contrastes estimula los sentidos y activa al cuerpo: espacios en colores calientes junto a espacios pintados de colores fríos, espacios íntimos junto con espacios abiertos, etc. Hay que prestar atención a la iluminación: debe de ser indirecta en donde sea posible y de ningún modo iluminar con luz deslumbrante como el neón, pues con esta luz cualquier cuerpo se ve acabado y cansado por muy bello que sea.



Lisa Hase

Arquitecta

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