Barrack Obama: en forma para presidente

Barrack Obama: en forma para presidente

Barrack será el primer presidente de color de Estados Unidos. Es joven, inteligente, delgado. Representa la esperanza de millones de personas en y fuera de los Estados Unidos de América. Barrack Obama tuvo que convencer a los estadunidenses durante más de 22 meses en una lucha electoral agotadora: primero la lucha dentro del partido contra Hilary Clinton y su esposo Bill, después tuvo que soportar estúpidos y falsos ataques en favor de las armas de la Sra. Palin. ¿Cómo anda la forma física de Barrack Obama?

Obama trabajó 16 horas todos los días, recorrió miles de millas a través de toda la Unión Americana. Pasó incontables horas en aviones, limosinas y conferencias. No quedaba mucho tiempo para una comida en forma o un programa de fitness regular. A otras personas se les nota a leguas cuando se encuentran en estrés total y más si ha sido durante 2 años; una pancita o un desgaste de la constitución general son las características más frecuentes.

Sin embargo Barrack Obama brilla. Sus discursos son entusiastas, cargados de energía, como el que dió el día que ganó las elecciones ante 300 000 ciudadanos frenéticos que lo festejaban en Chicago. Es energía lo que irradia este hombre esbelto de 47 años. Y es exactamente esta cualidad la que sus adeversarios políticos intentaron negar. Por ejemplo, el Governador Republicano de Califirnia, Arnold Schwarzenegger invitó a Obama a su evento de fuerza “Arnold Classic”,”le voy a enseñar un par de ejercicios de bíceps para fortalecer sus brazos escuálidos” se burló el Sr. Schwarenegger. Otros insinuaron que su falta de fuerza corporal y concentración iba a ser un problema político y corporal para Obama. Pero todos estuvieron en un error. Barrack Obama, el Senador de Illinois, tiene la figura perfecta de un corredor de largas distancias: pocos músculos, nada de grasa, de gran resistencia y con un gran ventaja: su cuerpo delgado casi no consume energía.

El día de la elección, su gran día, fué a jugar basketball con amigos. También vive el deporte con tenacidad. Nunca se rinde, dicen sus amigos. Sin embargo su forma física tiene lago natural. Mientras Georges W. Bush empezó a hacer jogging para combatir su adicción al alcohol, Barrack Obama va a la pista para despejarse e inspirarse. De preferencia hace un programa de ejercicios de 90 minutos. Aunque para esto le faltó el tiempo durante la campaña electoral y le faltará después como Presidente. El Presidente saliente ajusta su plan de trabajo a su programa de entrenamiento personal (lo que se notó frecuentemente en sus decisiones políticas). Obama no es, en lo que respecta a su entrenamiento corporal, ningún dogmático. Si tiene tiempo, entonces redacta sus discursos en la pista de un estudio de fitness público, como lo hizo cuando estuvo en Berlín. Ese día, llegó Obama vestido con una camiseta sencilla y pantalones de gimnasia negros. Si le falta tiempo, su cuerpo tienen que arreglárselas sin entrenamiento físico.

Su alimentación también no representa complicaciones. Obama evita la “fatty food”, pero si le sirven un buen sandwich de carne de res se lo come. Sólo en un punto se tiene que disciplinar: el cigarro. Ha parado de fumar ya varias veces. “Algunas veces durante mi campaña, no podía resistir la tentación de un cigarro y me lo fumaba”, afirmó Obama durnte una rueda de prensa. Como todos los ex fumadores tiene que luchar contra todas las condiciones “key” como él las llama: la necesidad de un cigarro en determinadas situaciones como por ejemplo, tomar un espresso, tomando el sol, sentado en un balcón, disfrutando de la vista después de un día arduo de trabajo.

Barrack Obama da siempre la impresión de estar tranquilo y de buen humor, no es ningún asceta, ningún abstemio. Pero tampoco se pierde en sus excesos. Muy probablemente su cuerpo que parece ser incansable, también sabe controlar situaciones difíciles. Ya desde antes de ganar las elecciones, Barrack Obama aparecía en la lista de los 25 Americanos de la vida pública con la mejor condición física y mental. Aunque algunos quieran insistir en medir su forma física con el diámetro de sus bíceps.

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