Separemos los tantos: La Glucosamina y también combinada con coinditrin son sumamente efectivos en la prevensión de la artrosis. Directamente frena o enlentece el proceso degenerativo de dicha enfermedad de la que padecemos o padeceremos todos los culturistas (y en mi caso, mayor aun por el boxeo). Yo la consumo desde hace un tiempo.
Les pego esta nota que me tome la molestia de buscar en la net, al respecto del asunto que estan tratando, sin tomar partido por si funciona como antiinflamatorio o no. Es solo a los efectos informativos:
Propiedades del sulfato de glucosamina
El sulfato de glucosamina constituye la piedra angular del abordaje terapéutico de la artrosis:
Es altamente soluble al agua, por lo que se absorbe bien por el intestino delgado y atraviesa sin dificultad las barreras biológicas, siendo rápidamente distribuido por los tejidos.
Es bien absorbido por los cartílagos articulares, que efectúan una captación activa de la molécula.
Las ventajas del sulfato de glucosamina son posibles gracias a dos características fundamentales:
por un lado, su tropismo especial hacia el tejido cartilaginoso -que lo hace plenamente disponible a nivel articular-
y, por otro, sus reducidas dimensiones moleculares. De hecho gracias a su bajo peso molecular, el sulfato de glucosamina es capaz de atravesar la barrera hematosinovial, difundiéndose en el ambiente microarticular.
Sulfato de glucosamina frente a AINEs (anti-inflamatorios no esteroideos)
La utilización del los AINEs en la artrosis se justifica porque, a pesar de ser una enfermedad básicamente degenerativa, existe en muchos casos componente inflamatorio. Ahora bien, dado que los antiinflamatorios no son inocuos, no debe generalizarse su uso en los pacientes con artrosis.
Las personas que sufren de esta enfermedad suelen ser de edad avanzada, por lo que los efectos lesivos de los AINEs en la mucosa gástrica y la alteración de la función renal que pueden producir a altas dosis, deben ser especialmente vigilados.
La seguridad, eficacia y tolerancia del sulfato de glucosamina frente a un antiinflamatorio, en el tratamiento específico de la artrosis, es mucho mayor y así lo demuestran los distintos estudios clínicos realizados.
El sulfato de glucosamina presenta un efecto antiinflamatorio entre 50 y 300 veces más bajo que la indometacina, pero la toxicidad de ésta es de 1000 a 4000 veces mayor, con un margen que favorece a la glucosamina.
Por otra parte, la tolerancia de este fármaco es similar a la del placebo por lo que, cuando se administra no precisa ningún otro medicamento adicional para proteger la mucosa gástrica.
El sulfato de glucosamina fue el primer fármaco comercializado en España de los denominados modificadores selectivos de los síntomas para el tratamiento específico de la artrosis. Todos los estudios realizados hasta ahora lo sitúan en el nuevo concepto de modificación selectiva de la patología artrósica tanto respecto a los síntomas como a la evolución de la enfermedad.