Pues yo estoy de acuerdo con Niko, porque además estoy en el mismo caso. Tengo mucha relación con mi familia y generalmente muy buena, así que no tengo que tragar sapos y culebras por comer con la gente con la que, además, como muchísimas veces al año. Y mis recuerdos de infancia son también muy buenos.
Y, por supuesto, no hay nada como ver la cara de felicidad de tus hijos pequeños cuando ven que alguien misterioso les ha traído regalos.
Cuando tengáis hijos seguramente cambiaréis de idea.
Aunque, por supuesto, también entiendo a la gente que reniega de la Navidad si se da el caso de que tiene que relacionarse con gente a la que no soporta. Pero a lo mejor es tan sencillo como juntarse sólo con la gente a la que quiere de verdad, y punto. La culpa no es de las navidades. Simplemente es que te cae mal tu cuñado. Pues dilo y no comas con él. O mejor, aprende a no darle importancia y come con él por darle el gustazo a tu hermana, coño.
Y, Marek, sobre la hipocresía de los ateos, yo me considero como tal, y sin embargo celebro la Navidad. Pero es que yo no tengo el concepto de que sea una fiesta religiosa, aunque lo sea. Para mí, simplemente es una fiesta que he celebrado toda la vida, al igual que celebro otras fiestas sin honrar su significado primigenio. No sé, el día de la Constitución es festivo y sin embargo tampoco me voy al Parlamento a dar besos a las fotos de Carrillo, Herrero de Miñón o Fraga.
Y el día de las Fuerzas Armadas te aseguro que me importa bien poco, pero aprovecho para ir a comer con mi mujer y mis hijos a casa de mis padres.
Simplemente considero la Navidad como días de fiesta para estar en familia. Y yo creo que eso está bien.
Saludos y Feliz Navidad.
