Por lo que veo es una protusión.
La hernia, de manera general es un hallazgo casual que carece de importancia y no influye en la práctica de ejercicio o deporte siempre y cuando no produzca ningún tipo de dolor, ya que la inmensa mayoría de la población tiene hernia y/o protusión sin saberlo, ya que no le produce dolor. Sin embargo, si se experimenta dolor, salvo casos muy complejos, ya no se recomienda cirujía.
Es importante mantener el mayor grado de actividad que sea posible sin desencadenar o exacerbar el dolor, antes se recomendaba descanso, ahora al parecer es mejor la actividad (controlada), ya que tener musculatura débil, es una causa de padecerlo, entre otras, como puedan ser someterse a vibraciones o torsiones continuadas o factor genético.
Aunque se trata de una lesión que necesita cierto reposo cuando hay dolor, no sólo no es un impedimento para hacer deporte, sino que uno de los mejores métodos para tratarla es precisamente el ejercicio, si bien hay que hacerlo con cabeza. El ejercicio es indispensable para la rehabilitación de hernias discales y es el único método que ha demostrado ser efectivo para reducir el riesgo de sufrir recaídas, cosa que ni la cirugía puede hacer. En caso de que cualquier ejercicio desencadene o agrave el dolor, especialmente el irradiado al brazo o la pierna, debe interrumpirse y no hacerlo, pero hay que ir fortaleciendo la zona para evitar que vaya a más.
Los ejercicios beneficiosos para tratar la lesión de un disco intervertebral son aquellos que potencian los grupos musculares que intervienen en el movimiento que compromete a los discos y la espalda. No todo es el lumbago, también la hernia puede ser en el cuello. Conviene potenciar la musculatura del cuello y la espalda (paravertebral), glúteos y, en menor medida, abdominales como parte principal de la prevención.
La tendencia espontánea de una hernia discal es ir desinflamándose y deshidratándose, de manera que el volumen del material herniado va disminuyendo hasta dejar de comprimir la raíz nerviosa. Hay estudios que han demostrado que esa reducción puede llegar a ser tan intensa que la protrusión o hernia deja de observarse en posteriores resonancias magnéticas. Sin embargo, lo más frecuente es que la pérdida de volumen sea parcial y, aunque sea suficiente para dejar de comprimir la raíz nerviosa, siga apreciándose la deformación del disco en una resonancia magnética. De hecho, puede bastar que desaparezca la inflamación (y la consiguiente liberación de sustancias con capacidad para irritar la raíz nerviosa) para que la hernia o protrusión deje de causar problemas, aunque la imagen en una resonancia magnética no varíe.
Según la evidencia científica eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos durante las primeras 6 semanas. De hecho, aproximadamente el 95% de los casos en los que la protrusión o hernia causan problemas se pueden resolver sin que sea necesario operar al paciente, de ahí que se desaconseje la operación salvo casos muy concretos.
En muchas ocasiones la rectificación lumbar resulta asintomática. La columna lumbar pierde capacidad de amortiguar el impacto de los pasos con el aplanamiento de la curva. Por ello, la rectificación lumbar y la artrosis tienen una relación al aumentar la carga que los discos intervertebrales soportan. El resultado de este fenómeno es un aumento del ritmo de degeneración del disco intervertebral e indirectamente, la rectificación lumbar podría volver susceptible a los individuos que la presentan a sufrir hernias discales. Esto se debe a que el disco intervertebral es más fácilmente extruible en condiciones de degeneración, que es lo que te puede pasar a tí.
El tratamiento para la rectificación lumbar, cuando esta es dolorosa, es eminentemente fisioterapéutico. El fisioterapeuta debe estudiar cada caso para decidir los ejercicios y estiramientos adecuados que aliviarán el dolor lumbar. Ahí, el profesional debería asesorarte.
Mejorar la rectificación lumbar es difícil y ni siquiera está probado que sea posible. Sin embargo, sanar la rectificación lumbar en los que a sus síntomas se refiere se consigue mediante técnicas como la movilización lumbar, estiramientos, o incluso deportes como la natación.
Los ejercicios para la rectificación lumbar implican un aumento de la flexibilidad de la columna en todas las direcciones. Aunque sea contraintuitivo el estiramiento dorsal de las articulaciones intervertebrales este ha demostrado tener una efecto beneficioso. Añadir que los beneficios de los tratamientos no tienen porqué estar necesariamente relacionados con la corrección de la curva lumbar, pero en la mayoría de ocasiones es posible conseguir una espalda libre de dolor, independientemente del grado de la curva, con unos buenos ejercicios, y fortaleciendo la zona, lo que repercutiría positivamente en el tema de la hernia.