Lo que está claro, es que existe una estrecha relación entre la testosterona y el crecimiento muscular. Es decir, si se elevan de forma significativa los niveles de testosterona, podremos levantar más peso, sin ninguna mejora en aspectos técnicos del movimiento. Sólo por fuerza pura y dura.
Pero aquí hay algo que la mayoría de la gente no sabe es que la fluctuación de los niveles de testosterona dentro de la gama fisiológica normal no afecta el crecimiento muscular. Es decir, existen ejercicios que promueven un pico hormonal al realizarlo, pero se encuadra dentro de la gama fisiológica normal como he comentado, por lo que no afectaría de manera significativa al crecimiento muscular dicho pico.
Es decir, si nuestros niveles de testosterona se mueven en una franja normal, ya sea subiendo y bajando de forma suave, no provocará grandes cambios en nuestros niveles de fuerza, ni un mayor crecimiento muscular. Lo que sí que es cierto, es que notaremos cómo mejora nuestra libido y aumentan nuestros niveles de energía, y aumentaremos la testosterona de manera natural, dentro de un límite, pero simplemente por el hecho de realizar ejercicio, no por realizar unos ejercicios concretos, o protocolos nutricionales. Aunque es cierto que los ejercicios de fuerza aumentan la testosterona en términos generales.
Valga un ejemplo; Esto va en contra de muchas creencias, por el hecho de pensar que un ejercicio como pueda ser el peso muerto, o la sentadilla, dispare la hormona de crecimiento momentáneamente, y el hecho induzca a pensar, que ese aumento sera eficaz en términos hormonales para notar ganancias, más allá de la propia adaptación del cuerpo, pero se ha comprobado científicamente que no es así.
Hay varios estudios. Uno de ellos, en concreto La Universidad Charles R. Drew de Medicina y Ciencia realizó y publicó un estudio acerca de un grupo de personas en hombres jóvenes y sanos durante el período de 20 semanas.
Mientras que los niveles de testosterona más altos hicieron producir mayores ganancias musculares, no fueron tan pronunciada como se podría llegar a pensar. Lo que los investigadores encontraron, fue que mientras los niveles de testosterona estaban dentro de la normalidad fisiológica de cada persona, entre 300-1.000 ng / dl, el crecimiento muscular no cambió mucho. Es decir, los sujetos en el extremo más bajo de lo normal no estaban tan lejos detrás de los sujetos en el extremo más alto en términos de crecimiento muscular.
Un aumento estadísticamente significativo en el crecimiento muscular no se observó hasta que los niveles de testosterona superaron la parte superior de “normal” en aproximadamente un 20-30%. Y para superar un 30 % de la testosterona que una persona tiene de manera normal, se necesita ayuda exterior, con el ejercicio no se consigue.
Otro famoso estudio realizado por la Universidad de McMaster con hombres jóvenes, que entrenaban resistencia: Los sujetos entrenaron 5 veces por semana durante 12 semanas, y siguieron un protocolo de dieta estándar (ingesta alta en proteínas, la nutrición post-entrenamiento, etc.).
El hallazgo principal del estudio fue que los picos inducidos por el ejercicio en las hormonas anabólicas como la testosterona, la hormona de crecimiento, y el IGF-1, los cuales todos se mantuvieron dentro de los rangos normales fisiológicas, no tuvieron ningún efecto sobre las ganancias globales de crecimiento y la fuerza muscular.
Lo que sería extrapolable a protocolos nutricionales, o suplementos que venden aumento de testosterona.
Es decir, todos los sujetos consiguieron lograr avances en cuanto a el total de masa muscular obtenida, pero las variaciones en los picos del total de hormona entre ellos tenía nada que ver con los resultados.
La conclusión clave aquí, no es que tengamos que recurrir a los esteroides para conseguir notorios resultados, si no que para notar una elevación de la testosterona u hormona de crecimiento, que se note de manera significativa, deberíamos aumentarla mediante los esteróides, y tampoco funcionarían los productos que pueden impulsar nuestro aumento de testosterona en forma de suplemento, ya que sería de forma poco significativa, siendo poco probable que nos ayude a ganar masa muscular y fuerza de manera significativa como siempre he defendido con suplementos tipo zinc o magnesio, en cuanto a ganancia muscular se refiere.
Como suelo decir sobre el consumo de determinados suplementos para ganar masa muscular, emplean argumentos que rozan lo poco creíble como ardid para su venta. Los impulsores de testosterona naturales con fines de crecimiento muscular es una completa pérdida de dinero. Incluso si entrenamos y éstos nos ayudan realmente a aumentar la testosterona, este incremento no provocará cambio alguno en nuestro crecimiento muscular. Es donde quiero llegar. Otra cosa es que alguien tenga la líbido baja y quiera subirla levemente con ese tipo de suplementos. Pero tampoco sería un gran cambio real.
La única excepción podría ser alguien cuya testosterona es en la parte inferior absoluta del intervalo fisiológicamente normal, o incluso por debajo de eso, y que es capaz de aumentar de forma natural a lo más alto de la gama mediante alimentación sana y ejercicio. Esa persona probablemente notará una mejora en el crecimiento muscular, por no mencionar el bienestar general, la libido, la función cognitiva, y así sucesivamente, pero solo en esos casos concretos, y es la pescadilla que se muerde la cola, es decir, si te alimentas bien y haces ejercicios, difícilmente puedes tenerla baja.
Espero se me haya entendido, y haya arrojado un poco de luz al respecto desde mi perspectiva.