Todos vamos al gimnasio por placer, porque nos gusta, independientemente del objetivo.
Últimamente voy por auto-obligación, no disfruto del entorno, no disfruto del entreno.
Estoy en casa y pienso: "puf, tengo que ir otra vez, tengo que cumplir con éste entreno, tengo que darlo todo o si no, no me servirá de nada".
Me cansa el entorno, la gente, mi rutina, en fin.
Altas expectativas sumadas a una frágil voluntad hacen que una actividad, que se supone que me es beneficiosa, se convierta en algo aborrecible.
Os habéis sentido así?
Eso me ha pasado a mi cuando tengo situaciones de otros ámbitos que me afectan emocionalmente. Cuando tengo una novia y pienso mucho en ella, cuando estoy en un período de mala convivencia con mis padres,... etc. Es como que el gimnasio deja de ser prioridad y te sumerges en la tragedia de otro estadios de tu vida.
Mi sugerencia, como persona que ha tenido infinitos vaivenes y que ha conseguido controlar su mente es, soluciona tu vida sentimental, emocional, laboral... Y entrena sin un objetivo rígido hasta que tengas tu vida clara. Esos vaivenes son por inestabilidad emocional. Algo en tu día a día, algo de tu vida te está afectando emocionalmente y hace que lo demás deje de tener la importancia que le darías de estar pleno.
Eso normalmente pasa si no aceptamos algo de nuestra vida o incluso a nosotros mismos. ¿Sabes qué te digo hermano? Sin tener idea de tu situación y sin poder plantearte opciones claras a tu estado?
Que la vida que tenemos es la vida que queremos. Si tu vida no te gusta échale huevos y cámbiala. Cambia tu mente, las cosas que no te gustan trata de buscarles solución desde la paciencia y la estrategia y ten claro cómo quieren sentirte en la vida. Cuando empieces a hacer estas últimas cosas verás que poco a poco vas viendo luz y hasta la química cerebral te cambia.
Yo hace poco me senté en la silla de mi escritorio y me plantee : ¿Porqué carajos no soy feliz si no me falta nada? Y me di cuenta:
1º que eran pensamientos negativos sobre mi que inundaban mi cabeza.
2º que tenía sensaciones corporales en mi cuerpo que no eranm positivas. Me frenaban para ser yo.
3º que no llevaba la vida que quería llevar.
Entonces empecé a cambiar. Cuando un pensamiento negativo sobre mi llegaba lo cambiaba y me decía lo contrario, porque realmente todo puede ser. Yo puedo ser horrible (que no lo soy, OLÉ) y decirme guapo porque me quiero y me valoro. Aunque seas tope realista y sepas que para el mundo no lo pudieras ser, hay que decírselo uno mismo.
Si sentía en algunas situaciones cotidianas que se me aceleraba el pulso pues analizaba porqué. Qué pensamientos me venían y a qué tenía miedo y buscándole una causa lógica al miedo irracional que tenía, pues cambiaba mi forma de actuar y me relajaba.
Así poco a poco estoy enderezando mi vida. Y aún me faltan huevos eeh ya te lo digo. Perdona por el tostón, espero que algo de lo que te haya escrito, por mínimo que sea, pueda echarte un cable. Los bajones emocionales son inestabilidades que surgen de ideas y situaciones que nos traumatizan. Influye la alimentación, la salud tmb, claro, pero si tienes una mente fuerte y consolidada no habrá quien te pare.
Un abrazo mister y a quitarle hierro a los problemas (que muchas veces están en nuestra cabeza) y a ponerselo a las barras, busquemos ser felices porque la vida se va y como hay que vivirla disfrutémosla. Disfrutemos de un día de playa con los colegas, o solo, que yo voy solo a veces, del sexo con una novia una amiga o yo que sé, de un atardecer, de un entrenamiento que nos guste, de nuestra serie favorita. Tartemos de ser felices y vivir la vida de manera que el día de mañana puedas decir, estoy orgulloso de mi.